Cuando era pequeña mi padre viajaba muchísimo. De sus viajes aún recuerdo dos cosas: lo muchísimo que lo echaba de menos y la maravillosa colección de cajas de todos los lugares del mundo que tenía en mi habitación.
Él sabía que me encantaba coleccionar cosas: caracolas, pequeños trozos de papel, lazos, cuentas, botones, fotografías, recambios de colores para plumas... y por eso cada viaje, venía con caja debajo del brazo.
Las tenía de madera, de latón, de metacrilato, plásticas, de cartón... y de muchos colores. Una afición que aún conservo, y que por eso, descubrir las vintage boxes de Jen Renninger en Design Observer, ha sido un delicioso flashback que áun estoy saboreando.
*Have a nice day!!
München Workshop / Sep 2024
Hace 5 meses