domingo, 8 de febrero de 2009

La familia Savage



La semana pasada vi una película que aún sigue rondándome. Quizá por lo profundo, quizá por la genial interpretación, quizá porque simplemente remueve aquello que tratamos de mantener apartado.

La madurez, la vejez, el sentir el sinsentido de los años. Cuando uno advierte que la vida le ha estado pasando y que ha tomado continuamente vías de servicio en vez de ir por la carretera principal...

La película se centra en una familia desestructurada. Wendy es una empleada mediocre de oficina que sueña con poder ser una reconocida escritora de obras de teatro; mientras que su hermano Jon, doctor en filosofía, posee una vida desordenada y experimenta verdadero pavor ante el compromiso.

Sus vidas están completamente desconectadas, hasta que un mensaje en el contestador de Wendy, les recuerda que su padre, ahora con demencia senil, se ha quedado viudo de su segunda esposa y son ellos quienes deben hacerse cargo de él.

A partir de ese momento comienza la acción en la película. Compartir espacios, sensaciones, decisiones. Se abre un verdadero debate moral entre ellos, mientras a su manera tratan de ordenar sus vidas. Lo curioso a fin de cuentas, es que esa unión casual, es la que da sentido a sus vidas; haciéndonos reflexionar sobre la importancia de la compañía frente a la soledad, elegida o no.

martes, 20 de enero de 2009

44º Presidente de los Estados Unidos



Ante unos dos millones de personas a los pies del Capitolio, Barack Obama entró ayer a formar parte de la Historia, al asumir la presidencia de los Estados Unidos de América, como el primer presidente negro.

A sus 47 años, se convirte así en el 44º presidente de Estados Unidos, después de jurar "preservar, proteger y defender la Constitución de Estados Unidos" con la mano sobre la Biblia que usó el mandatario abolicionista Abraham Lincoln... Mientras los medios de comunicación de todo el mundo se hacían eco de la noticia.
There is always hope.....

¿Quién es Bansky?



Hace unos meses, a través de uno de mis facebook-friends, conocí la obra de Bansky. Reconozco que cuando la vi me impresionó su creatividad y me chirrió un poco ese espíritu de rebeldía anti sistema que impregnan sus trabajos.

A lo largo de todos estos meses, otros muchos amigos se han ido haciendo fan de su obra, y en fin, me ha picado la curiosidad, ya saben: quién es realmente, cómo comenzó a pintar, cúal es su influencia...

Y cuál ha sido mi sorpresa cuando he descubierto que es algo así como un fantasma. Bansky es un pseudónimo que según algunos podría derivar de las palabras anglosajonas "robbing banks" (robando bancos), donde volvemos a encontrar ese tinte de insolencia; aunque no deja de ser un rumor, nada contrastado.

La ejecución de su obra se reparte entre el graffiti y el estarcido con plantilla, y la ha ido desplegando por las ciudades de medio mundo.

Se dice que parte de su influencia puedo provenir de los Ad Jammers, un movimiento que se caracterizaba por la deformación de las imágenes de anuncios publicitarios con la intención de cambiar el mensaje.

Los temas estandarte de su obra son las ratas, los soldados orinando, los policías, los niños cerca de bombas o con ellas, etc; y digamos que los lugares que considera más oportunos para tales manifestaciones, son aquellos donde los turistas desearían hacer una foto sin pintadas, y voilà otra vez.

Pero su individualismo ha sido duramente criticado, por inchoherencia respecto del irónico uso que el artista hace del imaginario anticapitalista y de protesta, mientras trabaja para grandes empresas y galerías de arte.
Su obra además de en los ladrillos de innumerales ciudades, también se ha expuesto en la Tate Modern de Londres, el MOMA, el Museo Metropolitano de Arte, el Museo de Brooklyn, el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York, y en el Museo Británico de Londres. Mientras la leyenda crece y se dice que para que figuraran en ellos, él mismo los colocó de manera clandestina y bajo una apariencia modificada.

Existen seis libros sobre su obra, tres de los cuales (*) están publicados por él mismo y cuentan con el apoyo de sus subversivos y a menudo agudos escritos.

Su página web, mezcla de color y blanco y negro, (http://www.banksy.co.uk/menu.html) recopila todos sus trabajos, que se ven reforzados a su vez, con un manifiesto: When I was a kid I used to pray every night for a new bicycle.Then I realised God doesn’t work that way, so I stole one and prayed for forgiveness - Emo Philips-.

Juzguen ustedes mismos.

martes, 28 de octubre de 2008

Cuando “Happy” no significa necesariamente felicidad


El viernes pasado fui con unos amigos al cine. Elegimos la película Happy, premiada en el Festival de Berlín a la mejor actriz (Sally Hawkins). Lo cierto es, que de una producción inglesa te esperas cualquier cosa, pero sobre todo comedia y drama. Nosotros íbamos receptivos, pero tengo que decir que Poppy se nos atragantó un poco con su “explosión de optimismo naïf”, que es como lo describe E. Rodríguez Marchante en el Diario ABC.

En los primeros minutos del filme, la simpatía arrolladora y poco justificada de la protagonista te desbarata, pero tras una cena copiosa y unas copas de Lambrusco rosado, supimos hacer balance y contrastamos nuestras opiniones.

Bajo mi punto de vista, la protagonista se había creado su propio mundo, vacío de problemas personales y lleno de los problemas ajenos. Su excéntrica necesidad por ayudar al otro, la termina llevando a situaciones límites en las que descubre que no está a la altura de las circunstancias, y que una sonrisa y un relativizar los problemas no son suficiente, extremo que descubre con su profesor de autoescuela, Scott (Eddie Marsan), “un tipo huraño y amargado, torturado y 'torturante', enfermo de su propia bilis interior” (FILMAFFINITY)... mientras, los criterios de mis compañeros de butaca y mesa, se encontraban. Fue muy constructivo.

Lo cierto es que han pasado cuatro días, y Poppy sigue ahí, tratando de buscar un por qué a su existencia. Poppy-Happy.

Pues bien, ayer mientras veía las noticias de las nueve, “Happy” volvía a irrumpir en mi vida, en forma de mujer norte africana, inmigrante en las Islas Canarias. La noticia relataba que en la isla de Gran Canaria, 'el violador del casco' se enfrentaba al testimonio de sus víctimas. Ya eran 17 las mujeres que lo habían identificado, pero fue la última, la que ayudó a su detención. Su nombre: Happy, quien por desgracia se tropezó con el violador en serie de Canarias. Él la recogió en la carretera, y en su coche la condujo hasta un túnel cercano a la playa, donde trató de abusar de ella. Desnuda y desesperada corrió hasta que encontró un cuartel de la Guardia Civil. Tras agredir a Happy fue detenido.

En ese instante un paralelismo grotesco se formuló en mi mente, y la pregunta por qué, volvía a estar ahí; sin obviar la evidente paradoja de llamarte Happy, haber abandonado tu país a la desesperada, y haber sido víctima de un intento de violación, en el lugar donde se suponía ibas a encontrar tu felicidad.

¿Be Happy?
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